¡Inseparables! La dieta mediterránea y los ibéricos: no hay uno sin el otro
La dieta mediterránea es algo muy nuestro, muy español, la mayoría de nosotros tiene una idea aproximaba de los alimentos y rutinas que la caracterizan. Sin embargo, desconocemos de dónde nos viene exactamente. Muchos historiadores defienden que la dieta mediterránea se originó en la época del Imperio Romano, cuando esta civilización se extendió por toda la cuenca del mediterráneo llevando sus productos de aquí para allá y mezclándolos con otros. Otros, en cambio, apuntan que esta dieta se ha ido configurando con el pasar del tiempo y con la influencia de diferentes culturas como la árabe o la celta, así como con el llegar de los productos de América.
Lo primero es lo primero: ¿Qué es la dieta mediterránea?
Podemos llamar dieta mediterránea a un estilo de vida. Este empieza por consumir productos de calidad y saludables, entre los que destacan verduras y legumbres, fruta, pescado, frutos secos… y, por supuesto, vino (con moderación). Sin olvidarnos del uso del aceite de oliva, uno de los ejes centrales.
Pero, como decíamos, la dieta mediterránea no es solo una dieta, pues se considera incompleta si no se le añade la práctica de ejercicio físico. Y es que este solecito que tenemos en España hay que aprovecharlo no solo comiendo en el jardín, sino también saliendo a echar alguna que otra carrera.
El cerdo ibérico en la dieta mediterránea
Lo bueno de la dieta mediterránea es que nos permite consumir con ella un gran abanico de alimentos que nos aportan multitud de nutrientes. Y, aunque las carnes blancas son las más recomendadas, la falta de carne roja puede repercutir en la salud, por mucho deporte o solecito que le echemos al cuerpo. Es por eso que los embutidos ibéricos son tan importantes en la dieta mediterránea, destacando ante todo el jamón ibérico de bellota.
Este producto nos viene de los cerdos ibéricos que criamos en libertad en las dehesas españolas, y no es la primera vez que hablamos de sus beneficios para la salud. Su alto contenido en ácido oleico, en proteínas y en vitaminas como la B1 y la B1 hace de él un producto clave en la dieta mediterránea. Además, como los cerdos se alimentan de bellotas, los ácidos grasos acumulados en la carne del cerdo llegan a superar el 55% de ácido oleico… el principal componente del aceite de oliva, el gran rey de la dieta mediterránea. ¡Por supuesto, el resto de embutidos ibéricos también entran dentro de la dieta mediterránea!
¿Es cara la dieta mediterránea?
Metiéndonos en asuntos más terrenales, la gente suele creer que comer bien siempre es sinónimo de gastar más dinero. Pero en el caso de la dieta mediterránea no es verdad. De hecho, si hablamos precisamente de jamón ibérico, este se puede encontrar a un precio que se ajusta perfectamente a la calidad del producto.
Además, no hace falta que te tomes tres jamones ibéricos a la semana (¡ya nos gustaría a nosotros!), porque todo abuso es malo, al igual que no hay que obcecarse en comprar piezas enteras. En nuestra web podéis comprar directamente la cantidad justa que queréis consumir y hasta ya loncheado, si os apetece, sin tener que sacrificar medio sueldo por esto. Te lo ponemos más fácil todavía: te enviamos cualquier producto a casa. Y eso que hemos dicho que la dieta mediterránea consiste también en hacer un poco de ejercicio… pero eso ya otro día, cuando tengáis vuestros ibéricos para daros un caprichito después de la carrera.
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