¿Cómo hacer la tabla de ibéricos perfecta?

Una de las mejores formas de sorprender a tus invitados consiste en servir la tabla de ibéricos perfecta. Te contamos cómo montarla y triunfar con la presentación y selección de productos.

¿Qué tener en cuenta para hacer una tabla de ibéricos?

Montar una tabla de embutidos ibéricos supone una de las mejores opciones a la hora de sorprender a tus invitados en una cena o aperitivo informal en casa, especialmente si aplicas estos consejos:

La principal diferencia entre cortar tú mismo la pieza y comprar ibéricos ya envasados consiste en el control de la cantidad a servir, no lo olvides. Si te decides por embutidos envasados al vacío, trata de dejar a temperatura ambiente todos los productos al menos una hora antes de preparar la tabla para disfrutar de todo su aroma y sabor. Si vas a cortar la pieza, utiliza un cuchillo profesional, bien afilado y con la hoja limpia siempre que vayas a cambiar de producto.

¿Qué embutidos ibéricos incluir en la tabla?

Sin duda, el principal embutido para una tabla debería ser un jamón ibérico 100% de bellota, especialmente un DOP Jabugo Summum, considerado como el mejor jamón del mundo. Otras opciones recomendables por las que puedes sustituir este producto estrella son el jamón de cebo o la paletilla ibérica.

Cuando hayas elegido el jamón (o paletilla), puedes incluir también otros ibéricos como lomo, salchichón o chorizo. De hecho, recomendamos apostar por la variedad en la elección de productos para completar una tabla más sabrosa.

A la hora de servir, procura no “amontonar” en exceso los diferentes ibéricos y distribuirlos de forma correcta. Como soporte, elige una típica tabla de madera.

Los mejores acompañamientos para una tabla de ibéricos

El potencial de una tabla de ibéricos no acaba en la elección de productos, sino en sus acompañamientos. Por supuesto, no deben faltar los típicos picos de pan o colines, además de clásicos frutos secos (ahumados o almendras fritas son dos de nuestras sugerencias), o un buen foie de oca de acompañamiento. Como guinda, nada mejor que elegir un buen vino para acompañar la sinfonía de sabores y completar la experiencia.