¿Cuál es la mejor temperatura del jamón ibérico de bellota?
Si estáis pensando en comprar jamón ibérico de bellota, o si tal vez ya lo tenéis todo preparado para catarlo tal y como os hemos enseñado en Olalla, no dejéis de leer. Porque hoy vamos a hablar de una de las cuestiones más importantes a la hora de cuidar un producto que debe estar en condiciones óptimas para servirse. Ya sea para degustarlo o para conservarlo, no importa, en ambos casos la temperatura juega un papel crucial. El jamón ibérico es una delicia, todo el mundo lo sabe. Sobre todo cuando es de bellota, como los hacemos en Olalla. Sin embargo estaríamos cometiendo un verdadero crimen conservándolo a unos niveles demasiado altos o demasiado fríos. Además, perderemos una gran parte de las propiedades que le dan ese sabor tan característico a este producto estrella de la receta mediterránea si no se sirviera a una temperatura adecuada. ¿Queréis conocer todos estos trucos de maestro jamonero? ¡Seguid leyendo!
¿Cómo le sienta el frío al jamón ibérico de bellota?
El jamón ibérico de bellota, al ser un alimento curado, no provoca grandes quebraderos de cabeza a la hora de conservarlo. Sin embargo, si lo que deseamos es que el producto mantenga todo su sabor y calidad intactos a la hora de servirlo, sí será necesario que lo tratemos con mimo. Un buen aliado a la hora de conservar todas sus propiedades de sabor y textura será, sin duda, el frío.
Según los expertos, la temperatura óptima para conservar nuestras piezas de jamón ibérico oscila entre los 10 y 15 grados centígrados. De este modo nos será mucho más fácil almacenar correctamente este manjar si las condiciones climáticas se prestan a ello. Pero, ¿también deberá estar frío a la hora de servirlo? La respuesta es un rotundo no. Si deseamos conservar la textura oleaginosa que tanto caracteriza al jamón ibérico de bellota, debemos procurar que la temperatura se mantenga estable entre los 20 o 24 grados. Solo de esta manera podremos consumirlo en perfectas condiciones, por lo que tendremos que esperar a que se atempere.
¿Y si hace calor?
La relación con el jamón ibérico de bellota en los meses de verano será inversa a cuando haga frío. Ahora, resultará fácil que adquiera una temperatura ambiente cuando vayamos a catarlo o degustarlo. Sin embargo, será mucho más complicado mantener fresco nuestro producto de manera que no sobrepase los 15 grados centígrados. A la hora de servirlo, debemos tener en cuenta la necesidad de ser rápidos. Lo ideal sería que el jamón se consumiera nada más sacarlo a la mesa, pues no tardará demasiado en calentarse una vez se encuentre a temperatura ambiente. Debemos ser cuidadosos para que este producto no sobrepase los 25 grados, niveles a los cuales comenzará a sudar y perder grasa, la parte más preciada del producto. No solo estaremos destruyendo muchas de sus propiedades nutricionales sino que su sabor se verá gravemente afectado, por lo que hay que trabajar con rapidez.
¿Quieres saber más consejos?
En Olalla os recomendamos que si, como suele ser lo normal, no disponéis de termómetros de carne especializados, no os preocupéis. Bastará que toméis como referencia la temperatura de la habitación en la que os halléis y la vayáis comparando con la de vuestra pieza. Todo irá bien mientras tengáis en cuenta la norma sagrada en estos casos: que el jamón no se vea expuesto a bruscos cambios en la temperatura. Dadle el tiempo para que se atempere y los mimos que necesita durante su conservación. Veréis como el jamón ibérico de bellota es un alimento agradecido y ni su grasa ni su textura se verán alterados si seguís nuestros consejos. Ya sea invierno o verano. Porque el mejor momento para comerlo es, si sabes como, ahora mismo. ¡Qué aproveche!
Fuente de las imágenes: 123RF
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